miércoles, 1 de noviembre de 2023

¡ Ya hace cuatro años que no estoy con vosotros !!


 

El tiempo pasa a una velocidad tremenda. Ayer 31 de Octubre se cumplieron cuatro años de mi último día de trabajo en Mera.

Recuerdo perfectamente aquel día. Había llegado al Consultorio el día anterior a las 7 de la tarde. Ya era noche. Me puse a trabajar recogiendo y ordenando todas las cosas para que la persona que viniera a sustituirme encontrara todo en las mejores condiciones, dejando notas sobre donde se encontraban las cosas y sobre todo dejando notas sobre los paciente que quedaban pendientes y lo que había que hacerles. Hice también algunas fotos de recuerdo.


Ese trabajo me llevó unas cuantas horas. Con  todo listo ya me puse a pasear por el centro casi a oscuras para que no se viera desde fuera que estaba allí. Aunque la gente viera alguna luz podría pensar que nos había quedado encendida. Aurorita de Pepe podía ser la única que podría darse cuenta que yo estaba allí ya que estaba mi coche en el aparcamiento. No recuerdo si después hablamos si se había dado cuenta o no.

Para mi era muy dolorosa la despedida por eso opté por no decir nada y comunicarlo por carta a cada uno de mis pacientes. No podría resistir despedidas diarias. Solamente una persona lo sabía. El día anterior vino temprano a la consulta una chica joven que había tenido una enfermedad grave. La atendí, pero cuando salía por la puerta me dolía el corazón  dejarla ir sin decirle nada. La llamé y le dije que el día siguiente era mi último día de trabajo. Se abrazó a mi llorando durante un buen rato. Fue tremendamente emocionante y doloroso para mi también. Comprendí en ese momento que había acertado con la decisión de no anunciar previamente mi jubilación. No podría resistir despedidas como la que tuve con esta joven paciente. Me prometió que no se lo diría a nadie.


Después de varios paseos pensando sobre tantos años que había estado trabajando allí en una zona tan maravillosa, eran las tres de la mañana. Decidí acostarme en la camilla de mi consulta para tratar de dormir un poco. Estuve allí más de una hora pero fue imposible dormir. Me levanté y comí algo que había llevado. Hice un nuevo repaso de todo, pasaron las horas y casi eran las 8 de la mañana, hora de abrir el centro.

No había muchos pacientes citados. Ya prácticamente había vacunado de la gripe a todo el mundo. Tengo delante de mi, como un gran recuerdo, el listado de pacientes que atendí ese día. Los últimos pacientes que atendí después de 28 años fueron

Andrés Pérez Abella, ya fallecido. D.E.P

Montse Regal Lage

Jaime González Ramos

Modesta Aneiros Villar

Luisa Freire Riola. Había ido a Landoi a atenderla a su domicilio. Ya fallecida. D.E.P.

Luis Fernández Martinez. Había ido a atenderlo a su domicilio en Torrente. Ya fallecido. D.E.P.

Y ya lo último de lo último, cuando me iba para casa, dejando atrás 28 años de trabajo, paré en su domicilio, en O Lagar. Era de quien yo siempre decía que era mi paciente milagro. Lourdes Gabeiras Fernández ( Lourditas ). Ya fallecida. D.E.P. 

Como siempre que iba a visitarla, le di a Lourditas un beso en la frente para despedirme de ella. Me dolió mucho despedirme como cualquier otro día, también hacerlo de su hermana Carmen sin decirle nada.

Salí en el coche hacia casa y miraba por el retrovisor interior  como si pudiera ver las miles y miles de vivencias que llevaba en mi corazón y que había acumulado durante 28 años. Pero todo llega, y había llegado mi tiempo.

Cuatro años después aún me acuerdo como si fuera hoy del Consultorio de Mera y de todos los pacientes que yo tenía en mi cupo. Tampoco olvido a Ortigueira y su Centro de Salud donde hice más de 1000 guardias. Recuerdo también con mucho cariño a mis compañeros de trabajo tanto en Mera como en Ortigueira y Espasante. Recuerdo con cariño también al personal de la Farmacia de Mera. Recuerdo especialmente a la última persona con la que trabajé, la Dra. Analía que hoy sigue con vosotros. Estoy seguro de que aunque Dios me de muchos años de vida me acordaré siempre de todos vosotros.

Desde que me vine, muchos de mis pacientes ya no están con nosotros. Cada uno que se va noto que se muere alguna parte de mi. 

Como yo os conozco, vosotros también me conocéis y sabéis de mis sentimientos y sabéis que esto no es fingido, sino que es de corazón.

Gracias por permitirme que recuerde con vosotros estos momentos tan importantes para mi.

Un fuerte abrazo para todos.

ABEL el Practicante


1 de Noviembre de 2023



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